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Simpático pensador del siglo XIX que a la tierna edad de 2 añitos descubrió que tenía una cosita colgando entre las piernas y decidió intentar usarla con su madre. Ante la negativa de ésta se llevó su primer trauma, y decidió dedicar su vida a explicar hechos como por qué nos pasamos la vida pensando en sexo o por qué hay mujeres estrechas en el mundo.
De sus teorías se pueden extraer grandes enseñanzas, como que Bon Jovi toca la guitarra porque no puede tener relaciones sexuales con su madre, o que Boris Izaguirre tuvo algún tipo de desorden en la etapa anal de su formación.
Cocainómano empedernido. Sus estudios sobre seres imaginarios nacionalistas no le permitían llegar a fin de mes (Superyó quiso independizarse y propuso un referendum, Ello tuvo que pedir un rescate y Yo era el único que aportaba algo al self con sus brotes verdes) y tuvo que empezar a traficar, al principio solo a sus alumnos, pero mas tarde se expandió por toda Italia y así conquistó Europa y provocó el crack del 29 (y luego se lo fumó). Vendía droga a personajes ilustres tales como Al Capone, Frank Sinatra, La familia Pujol, Marichalar y Jordi Hurtado.
Parece ser que se aburría en sus ratos libres, ya que se inventó unos amigos imaginarios (Ello, Yo y Superyó) que pelean entre ellos a ver quién es más guay. Los entendidos en el tema creen que probablemente ganaba Superyó, que para eso es superhéroe. Pero al final resultó que "super-yo" era como la tapa de una olla express y si no tiene válvula de escape, explota, para tontos: Si Freud hubiera sido monja de clausura hubiera digievolucionado en Satán (con complejo de edipo).
También se inventó algo llamado inconsciente, muy útil para echarle la culpa cuando hacía cosas que no debía.
-¡¡Cerdo estúpido!! ¡Degenerado! ¿Me estás metiendo mano?
-No, mamá... ha sido mi inconsciente.
No confundir con Segismundo Froiz, eminente pensador gallego, autor de la Teoría de la Galleguidad Universal (T.G.U.), que dejó todo lo de la Filosofía para abrir su primer supermercado.
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